Las cooperativas agrarias y alimentarias de Euskadi avanzan en la participación de mujeres en los órganos de gobierno

Las mujeres han tenido y tienen un papel decisivo en el desarrollo socioeconómico de las cooperativas agroalimentarias y las explotaciones que son el pilar de su base social. Pero hasta que la Ley 8/2015, del 15 de octubre, del Estatuto de las mujeres agricultoras del País Vasco, que ha condicionado la percepción de ayudas públicas a factores clave como la participación de las mujeres en la gobernanza, estos indicadores revelaban una escasa participación.


Desde el año 2015 hasta el 2022 las cooperativas han emprendido cambios para hacer frente al requisito de alcanzar la representación equilibrada en los consejos rectores. En algunos casos el cambio no ha requerido de grandes esfuerzos, ya que bien sea por la estructura de la cooperativa o por la clase de esta, las mujeres estaban ya participando de la gobernanza. Pero en otros casos, ha resultado complicado debido a la falta de personas dispuesta a participar. Cada vez más impera la cultura del individualismo y menos personas se prestan a dedicar parte de su tiempo en la gobernanza de sus cooperativas. Desgraciadamente esto no es algo exclusivo de las cooperativas agroalimentarias, sino que es reflejo de la sociedad en la que vivimos.

Durante 2022 gracias al Plan de Fomento de la participación de mujeres en el sector cooperativo agroalimentario del País Vasco PV-2-2, actividad financiada a través del Programa de Asistencia Técnica 2022 enmarcado dentro de las actuaciones del Convenio MAPA-Cooperativas Agro-alimentarias de España, hemos podido diagnosticar cómo están participando las mujeres en el sector cooperativos agroalimentario del País Vasco y desarrollar actividades y materiales para sensibilizar, con el objetivo de seguir contribuyendo a que las cooperativas agroalimentarias del País Vasco sean cada vez más organizaciones en las que las mujeres participen, sean visibles y las oportunidades estén libres de sesgo de género, en cualquiera de sus ámbitos, ya sea gobernanza, gestión o desempeño del trabajo.


Hay un 10% de cooperativas agroalimentarias con planes de igualdad implantados o en proceso de implantación, muchas de ellas sin obligación legal por qué el número de personas trabajadoras es menor de 50. Además, actualmente hay un 12% de cooperativas en las que los puestos de dirección/gestión/coordinación están en manos de mujeres.


Pero el dato más visible de cómo se ha avanzado en las cooperativas es el de participación en los órganos de gobierno. En las cooperativas en las que en la base social hay mujeres socias, hay mujeres en los consejos rectores y en prácticamente todos los casos la representación en los consejos rectores es equilibrada.

Para llegar hasta aquí se han seguido diversas estrategias, cómo ha sido el ajuste en el número de personas que integran los consejos rectores, que en algunos casos han pasado de 8 a 5 personas; la inclusión de hasta un tercio de la composición del consejo rector con personas (mujeres) no socias, contando para ello a mujeres trabajadoras de las cooperativas o mujeres conocedoras del sector de las cooperativas.


Uno de los retos a medio plazo sin duda va a ser cómo consolidar estos cambios, ya que ha ocurrido que en muchos casos se han identificado a las mismas mujeres para participar en diversos órganos de gobierno de diferentes organizaciones. Esto puede derivar y en algunos casos ha derivado en un exceso de carga para esas mujeres, que es posible que no hayan sido liberadas de otras cargas profesionales, administrativas o personales, y confiesan no “poder llegar a todo” e incluso hayan renunciado en cortos periodos de tiempo.


Ha hecho falta también replantear la organización de reuniones, los horarios, las metodologías, ya que en muchos casos se han incorporado a la gobernanza mujeres que además de su faceta de asociada a la cooperativa, tienen otra actividad profesional, por cuenta ajena o de manera autónoma, y no pueden flexibilizar fácilmente sus agendas.


En el corto plazo, las políticas de corresponsabilidad dentro de las cooperativas agroalimentarias deben ser un pilar de la gestión de la organización. Han de definirse claramente las agendas de las reuniones, los temas y llevar unos claros contenidos en los órdenes del día, con información previa, para que las reuniones sean efectivas y el tiempo de dedicación sea de calidad y no haya sensación de pérdida de tiempo.


Así mismo, es importante que las personas que accedan a los nuevos consejos rectores cuenten con un apoyo en formación sobre cooperativismo, con el objetivo que sus decisiones estén alineadas con el motivo y modelo empresarial elegido en sus apuestas empresariales. Para ello desde KONFEKOOP ponemos a su disposición el apoyo necesario a través de la formación a Consejos Rectores ofrecida anualmente o a través de planes específicos de formación a cooperativas.

Realmente queremos que las cooperativas sean referentes en materia de igualdad, que es uno de los valores fundamentales del cooperativismo y está en el ADN de nuestras organizaciones. Por qué más cooperativas, más igualdad.



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